Es que puede ser? shh no lo digamos muy fuerte, pero creo que la vida me esboza una sonrisita.
Qué lindo que es soñar, no sé qué estaré soñando específicamente, o con quién, pero me levanto con una sensación rara, como de felicidad (hemos llegado al punto donde la felicidad es un sentimiento raro? Pues qué raro!) En fin, la vida.
Es que uno crece y se vuelve lo contrario. Lindo-feo, feo-horrible.
Mi casa huele a bife, churrasquito, carne, animal muerto asado, hombre. Ah. Qué cosa seria. No hablemos de eso, no. Qué complejo a veces ser yo, y yo que quiero que todo sea más fácil se me vive complicando.
Es que dicen que la mujer que al amor no se asoma.. no merece llamarse mujer.
Y este blog ya es para la gente, qué impersonal me he puesto.
Mano derecha, la mano prodigia, llega al botecito maderil, lo levanta y lo lleva a la cara, muñequito articulado de Barney, el único que mueve los dos brazos y se lleva el chopcito a la cara. Chop. Sí, me tomaría una cerveza ahora, una así, bien fria. Como cuando recién llegaba a Buenos Aires, que me sentaba en el balcón en esa silla destartalada y hacía tanto calor y no había mucha, con una cerveza de esas chiquitas en la mano, pero bien fria y miraba el cielo, las estrellas desde la gran ciudad, y añoraba los valles tucumanos. Sentimientos paulatinos. También llego a las galletas de salvado. "de cartón" no, de salvado. Hay gente que no gusta de ellas. Incomprensible. In in.. me sale una palabrota con ese in.. qué cosa seria mi cabeza. Pero ya no añoro los valles, ya no son mios.
Qué iba a decir? ah sí, que la tipografía es maravillosa. Ay como me gusta. Revelo un secreto.. el año pasado cuando recién empezaba y estaba con todo esto de las plumas, las tintas, mis dedos siempre pintados y toda mi ropa manchada "ay Laura de nuevo? la tinta china no sale" -y no, ya me di cuenta. Yo quería seguir estudiando caligrafía, pero mucho, encerrarme a escribir todos los días muchas horas, yo contra la pluma, o mejor dicho yo en comunión con las tintas, las plumas, el papel, ay sí, y quería ser maestra calígrafa, ajjaa, cómo suena, no? como "maestra", lo tucumaneo un poco, quería ser troesma calígrafa. Quería no sé... quería seguir sintiendo esa pasión que sentía cuando me sentaba a escribir. Y sí, le erré más de una vez y más de una vez tuve que empezar de nuevo. Y luego estuvo él, y yo escribía y él por ahí chequeaba mi existencia. Qué linda la caligrafía así, casi más linda que no así.
Después vino la época de "tenés veinte años" y yo que prefería mi vida así como es actualmente y no de otra manera "mirá lo que estás haciendo con tu vida", sí, me dedico. Qué tiene de malo? tiempo hay para todo querida mia. Tiempo para ser y también para no ser.
Y tanto después de eso vino esto. Me divorcié de eso, me divorcié por fin de eso que tanto me angustiaba y ahora qué pasa? pasa que no me importa. Y la caligrafía es como la utopía de Eco, camino diez pasos y la veo en el horizonte, diez más y se aleja diez...
Pero quién sabe? todavía me gusta mentirme de que lo haré.
Ay, y cómo me intriga aquello de los sábados. Mañana miércoles se verá lo de aquellos sábados y los próximos domingos y quizás lunes también.
Y hoy finalmente me animé y me comí una de esas merluzas rebozadas del freezer.
´chas gracias caballero, faltó el vino y era casi casi.
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