lunes, febrero 06, 2006

Reconstruyamos

La vie en rose (play) versión de Edith Piaf, por supuesto.

Dos amantes se encuentran uno parado al frente del otro, la música empieza. Ellos se miran, ella tiene en su cara una expresión de tristeza, él la mira directamente en los ojos, se miran. Se sientan frente a un canal en una de esas sillas de plazas de madera y hierro. Él le toma de la mano pero sutilmente ella corre la mano y la mirada también. Se pierde en el horizonte. Él le dice algo y Paris parece más triste que nunca, ella baja la mirada al piso sin encontrarle sentido, y siente que una lágrima le recorre la cara. La vida los ha reunido por última vez allí, en esa ciudad de ensueño pero para no soñar nunca más. Escucha su voz pero no dice nada, se vuelve un mantra de soledad, un mantra interminable y todo se pone en cámara lenta para ambos. Ella se para y se apoya en una baranda vieja y desmechada tratando de concentrarse en sus pensamientos. Comienza a llover pero ni siquiera siente frio. El viento la despeina y ella siente a su amante acercarse por detrás. Se da la vuelta y sólo se encuentran separados por pensamientos e ideales, por ideologías y estupideces a las que los que se aman no deberían prestar atención. Lloran los dos en silencio y ella se vuelve a la baranda. Sabe que cuando se de la vuelta su él no estará nunca más. Horas.

Decide volver a su trabajo, trabaja todos los días en un café barato en esa ciudad vieja y tan melancólica, el aire está teñido de un sepia irreparable, el otoño se hace sentir más que nunca, bailan hojas multicolores al borde del agua, el parque, qué bello se encuentra. El viento frio la despeina y ya siente un escalofrío que la recorre desde la punta de sus dedos hasta el cuero cabelludo. Camina sin ver hacia dónde se dirige pues sólo ve aquellas tardes soledas en esa pradera perdida y lo ve a él, parado frente a ella, tocándole la cara, despeinándola y jugando con su pelo y de atrás aquellas montañas gigantes que los abraza. Los Alpes piensa, y corre a la estación.

Por qué la vida siempre nos hace sufrir así? Las cosas buenas nunca terminan bien acaso? Que alguien se anime a contestarme eso. Ni siquiera puedo armar una escena sin pensar en las mias propias, es que acaso todo está determinado por mis propias experiencias. Y claro Lau, claro que sí, acaso cuando pintas o dibujas no plasmas todo lo que tienes adentro y eso es una suma de todo lo que has vivido? Pues sí, claro. Qué miedo me da decir tanto la verdad.

Ahora sí, pensando un poco digo que esto es lo mejor para mi, o sea, qué pasa acá? qué es esta porquería existencialista que me ataca? Acaso tengo algo de malo? acaso la vida no me sonríe? Debo estar medio loca para pensar algo así, por supuesto que la vida me sonríe, soy jóven. Me emocioné, me emocioné escribiendo en este blog quien soy, quizás a nadie le importa, pero es un descubrimiento para mi, YO soy yo y realmente me dan ganas de vivir mi vida. De pronto suena otra de Edith, una maravillosa que en español la traducieron como no sé, algo así como "amor de mis amores, que me hiciste que dejaste de quererme" jaja.. claro! ahí está todo. Amor de mis amores. Basta ya de enamorarse Lau. Basta. Uno de los dos siempre deja de querer.
Hoy es un buen día, y encima tengo ganas de todo, y encima me emocioné.
Sean mis invitados.

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