lunes, enero 02, 2006

Breves Reseñas Varias

Todo es gris y yo voy en un auto chiquitito como de payaso, dando vueltas sin llegar a ningún lugar. Los edificios se elevan a mis costados y no entra la luz natural mas si hay focos que alumbran con una luz amarilla el asfalto que se confunde con el granito de los edificios. Llego a algún lugar, no sé dónde estoy, pero hay alguien conmigo. Vamos a probar un proyector de super 8 que me compré hace unos días. Le pregunto si hay alguna película para ver y me dice que sí, se acerca a la pared gris de esa pieza del mismo color, casi oscura y sin techo y apaga una luz, solo estamos nosotros que nos vemos, alrededor de una mesa de madera donde se encuentra el proyector. Mientras yo analizo una cámara, él, que supongo es Luis, está con el proyector. Me dice que mire a la pared y sólo se ven un montón de fotogramas, como una impresión fotográfica sobre papel sensible y de tamaño normal. Nos reímos. Parece que hacer andar este aparatejo es mucho más difícil de lo que pensábamos. Los fotogramas van cambiando de lugar como un caleidoscopio cuadrangular, bailan en la pared mientras él reniega en la mesa.
Por fin puede hacerlo andar y distingo la película. "Es una del agente 86!" le digo, y asienta acompañado de una risita. Me doy cuenta que a medida que van pasando los fotogramas el fenómeno de la persistencia retiniana se pone en juego también. Ya no está solo el agente, ahora entra en escena una señorita. Con unos vestidos cortos de cinto bien grueso, peinado voluptuoso y botas hasta la rodilla. "qué setentoso" le digo, y se vuelve a reir y me dice que siga mirando. De pronto un primer plano de ella al acercarse a él, y soy yo. Miro a mi compañero y levanta sus hombros en señal de no saber nada de eso. Me pregunto qué hago de un lado de la vida y del otro. Soy a la vez tangible y soy un espectro de dos dimensiones que se dibuja por mi propia manipulación visual. Si quiero me paro ahora, si quiero sigo en otra dimensión. Qué quiere decir esto, le pregunto, vuelve a levantar sus hombros y me vuelve a hacer señales de que no aparte la vista de la pared. Sin dudas el agente 86 es un tipo de alguna manera atractivo y como era de esperarse hay algo entre nosotros. Debe ser la forma en la que me mira o las cosas que me dice que me hacen poner de esa manera, con esa cara de boba, y esas expresiones de entrega.

Año nuevo ni hablar. Comenzó con un piquito a mi tìo por equivocación y eternizado por mi tìa desde la otra punta de la mesa con la cámara digital. Una divinidad. En ese momento pensé "si este año comienza así hay dos opciones, o todo será bueno o todo será MUY bizarro" y ya veremos.
Entre las frases que rescato de la gente la que se lleva el premio fue la de Matias, novio de una de mis amigas "Puedo ir con mi novia chapando atrás?" cuando estábamos en el traslado hacia una zona que se llama El Abasto donde hay más bares. También rescato a aquellas personas que no creen en las platabandas y las cruzan con sus autos a mil km por hora. A aquellos que no creen en las calles cortadas y se suben a lomadas de tierra para clavar sus autos del otro lado.
Así que así fue esa noche, sentada en el auto siendo remis de las personas y dando vueltas sin ningún destino fijo y mucho menos aparente. Si otros años nos quejábamos de no poder ir a los lugares donde había fiesta por falta de auto, este año fue el colmo, auto y todo, me parece que la nube gris estuvo igual. Quizás soy yo, hay indicios.
Volví a mi casa como a las seis sin haber hecho nada.

Ayer con un amigo nos fuimos a caminar, terminamos en el pie del cerro, a cinco kms de donde comenzamos. Nos sentamos en la rotonda a ser comidos un poco por los mosquitos. Las charlas con Fito siempre son así. Idas y venidas sobre temas que ya hemos hablado muchas veces o cosas que jamás hablamos. Así son los amigos, te escuchan y vos los escuchás.

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