Simplemente escribiendo.
Una vez más, en esta silla, en este escritorio, bajo esta luz no muy tenue, con estas manos, en esta vida, me siento a escribir lo que quiera pasar por mi mente esta noche. Lo borroso sigue borroso, quienes de pronto encuentran una mínima sombra de luz o bien de foco en sus pensamientos, mienten para sobresalir en la no sobresaliente existencia dónde todos padecemos ser iguales en esencia y diferentes en caracteres, quienes mienten, no entienden que deben someterse a la dicha de la rutina, a la suerte del respiro, a la condena del vivir, quienes mienten, escapan por momentos de lo convencional, pero no se van lejos, siguen volando bajo, tocándonos la punta de los dedos, nunca despegándose nunca zafando de existir, salvo cuando mentir lleve a cometer el acto más grande de cobardía, el querido y estimado suicidio.
Tal vez no sea cobardía, tal vez el odio y el menosprecio se unan y conjuguen esa acción salvajemente erótica con el destino de cortar una existencia para pasar a la historia antes de que la misma historia haya puesto el punto final del libro de dicho sujeto en cuestión, ya que ubicamos al sujeto, hablemos de él.
Por qué comete suicidio? Porque escapar le es la única opción viable a su poco viable vida, exacto, que su cuerpo siga funcionando no tiene coherencia ya que su mente está extinta en la inmensidad penumbrosa del problema, propio o ajeno, dependiendo el sujeto claro! Pero quedemos de acuerdo que ha de existir un problema por el cual su mente se haya tirado a un precipicio sin piso, se haya disparado una pistola invisible en la sien o lo que quieran, pero que no esté más con nosotros.
Entonces cuando la mente está perpleja, quién maneja al cuerpo? Debemos decir entonces, que un ser extraño se apodera entonces de eso que tiene órganos y respira más de sesenta veces por segundo, capaz tal vez, sea una especie de mente de repuesto, “guardada para ocasiones especiales” donde la salida sea sólo poner este automático y dejarse llevar hasta la muerte absoluta, la destrucción o Apocalipsis de la existencia por excelencia. Convengamos entonces de quien queda a cargo de nosotros o para hacerlo más impersonal, del sujeto en cuestión, es el mismo sujeto en cuestión, de hecho que él mismo se maneja desde otro punto de vista hacia otros fines, tal vez sea algo demoníaco, tal vez cada persona tenga algo demoníaco encima, tan transparente e invisible pero tan real y palpable, al mismo tiempo, entonces que nuestra parte óptima mental nos maneje en una situación donde el fin aparente y el real sean el mismo, y sea, como antes dije, someterse a la rutina del existir.
Ahora bien, tenemos entonces, al sujeto en cuestión, inconscientemente fraccionado, quien elige no existir, por ende tenemos al sujeto ahora manejado por su demonio (llamémosle así a su piloto automático), describamos al mismo. El demonio es el sujeto con otros fines, eso está claro, ahora bien, el apuro por llevar a cabo los fines de tal no es el mismo que el de la parte óptima o bien, común, vulgar, vital, no es así? Por ende el demonio, además de tener otros fines, es una persona totalmente apurada con sus quehaceres, y que realmente, va a llevar a cabo su tarea, entonces también, es crudamente responsable.
Es fácil convivir con el demonio? La pregunta más frecuente, pues sí, es fácil, hay sujetos quienes llegan a convivir con el demonio cara a cara, y créanme, no es una persona mala, es simplemente un alma en pena apurada por dormirse.
Cómo nos damos cuenta que está? Es fácil, cuando toque la puerta, de inmediato se va a identificar, dirá en pocas palabras “vengo a que nos matemos” o algo similar según el sujeto en cuestión, hay quienes dicen “te tengo una sorpresa tenebrosa” y ríen, algunos “lamentablemente ha llegado la hora de que nos queremos morir” o cosas por el estilo, pero siempre directos y precisos.
Cómo tratarlos? Para empezar, se les abre la puerta, no es cuestión de dejar al gemelo de lo óptimo a la intemperie con frío y hambre, si ha venido es por algo y no perdemos nada en escucharlo, por supuesto que si viene es porque el gemelo se tiene que ir, entonces no hay más que escucharlo y tratar de entenderlo.
Qué sucede si se pelean? Recurra a tres opciones, córralo de la casa a patadas o pídale que se vaya, corra al óptimo o córrase Ud. Y que decidan con una pulseada y apuestas. En última instancia, si el sujeto es valiente, ni siquiera abrirá la puerta, pero esto acarrearía serios problemas psicológicos que requerirían de un profesional a intervenir en tiempos futuros.
Cómo accionar ante su estadía? Tiéndale su propia cama y cédale todo el espacio que necesite, incluso concédale una toalla limpia y un jabón a estrenar, regulándole el calefón según su gusto y piacere, bajo ninguna circunstancia discuta con él, pues siempre tendrá la certeza absoluta y el contradecirlo lo sacará de quicio y lo llevará a acciones totalmente violentas (recuerde en esos casos, que Ud. Le abrió la puerta en un principio).
Cómo prescindir de sus servicios? El sujeto deberá dirigirse con amabilidad, respeto, y cariño maternal hacia el demonio, diciéndole que realmente se equivocó al invitarlo a pasar, ofreciéndole una canasta con dulces de regalo y un pasaje pago adonde quiera irse a pasear. (no hay otra manera).
Cómo continuar? El sujeto, lo ha dejado entrar, pasa entonces, algo paranormal y magnífico, entra en estado de coma, donde el óptimo se dedica a preparar las valijas, bañarse para viajar, comer algo, e irse, y el demonio se instala como si fuera su casa, hasta cambia las cerraduras y se echa a reposar en donde le parezca más cómodo. El estado de coma dura eternamente un santiamén, tiempo suficiente para todo esto.
El demonio ya instalado, y porque es muy formal, se pone en marcha con sus tareas, si le sobran tiempo y ganas escribe algo así como un poema y lo deposita en un mueble de madera, sino no sirve, finalmente lleva a cabo su acción, termina drásticamente con el existir del sujeto, que está en un viaje totalmente utópico en los laberintos de su propia mente que sola le ha tendido la trampa del no sentido. Adiós querido.
Juan Pablo Sartre me arrojó a la vida
No hay comentarios.:
Publicar un comentario