miércoles, mayo 31, 2006

1:38 am

Medio ojo abierto, medio cerrado, boca bien abierta.
Se viene el bostezo.
Pantalla acuosa y fuera de foco, me refriego los ojos un poco para ver si pasa. Nada, pasa nada pasa.
Persiana semi abierta a mi izquierda, bostezo de nuevo y esta vez con ambos ojos cerrados y la música desaparece un santiamén. Pantalla aún más mareada.
Por las cajitas sale menina bailando ritmos tropicales desde paris. Y el frio me abraza desde la espalda, me estremezco un poco y pienso.
Hoy caminaba por Cabildo a las diez de la noche cuando empezaba a lloviznar y me resignaba a que eso suceda; entro a un farmacity, y no sé por qué lo hago, salgo y una chica saca una foto. Caminaba por Cabildo y la vida se estaba poniendo de mi lado, sólo faltaba alguien, seguía caminando como cuando uno piensa que siente que se va a encontrar con esa persona de casualidad, o no tan de casualidad.
Doblo en Lacroze y paso por unos restaurantes bien lindos, con bossa en la puerta. Sigo y me cruzan apurados hombres con trajes que han de haber venido de trabajar.
Llego a Luis María C. y me tomo el 55 por primera vez en mi vida y por vaga.
Y llegué.

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