sábado, mayo 14, 2005

(sanos aquellos)

La tinta tarda demasiado en secarse, en fin.
Aquellos que los viernes los disfrutan de una manera menos intensa que la mia, son elevadamente envidiados por la que escribe.
De pronto me doy cuenta y ya son las dos y tanto de la mañana, y me queda una lámina todavía y me quiero cortar las manos.
Nada más. Viva Dada.

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