Please Please Please Let Me Get What I Want
Lyrics by Stephen Morrissey
Music by Johnny Marr
Good times for a change
See, the luck I've hadCan make a good manTurn bad
So please please please
Let me, let me, let me
Let me get what I want
This time
Haven't had a dream in a long time
See, the life I've had
Can make a good man bad
So for once in my life
Let me get what I want
Lord knows, it would be the first time
Lord knows, it would be the first time
El otro día un amigo estaba en casa, y escuchábamos Louder than bombs, y le digo "the smiths me hace acordar a mi adolescencia" y me contesta "qué triste debe haber sido!"
Y no, para nada. No sé bajo qué parámetros es triste qué y qué no lo es.
Recuerdo las tardes en la casa de él, besándonos medio a escondidas, escuchando a los clash, a moz, weezer, muchos más. Recuerdo aquella noche los dos sentados hablando, casi de madrugada, medio pasados de copas, un poco de frio y la humedad tucumana que nos golpeaba, mirando las estrellas apoyados contra una pared media húmeda, y la confesión de su amor, y mi sorpresa y mi miedo. Y su cara. Y luego el amor, zas, hay veces que el amor es tan intenso que duele, o bien, no sé, será que el amor siempre es así de intenso y siempre duele? qué importan las banalidades cuando hay amor? es que toda mi vida voy a pensar así?
Recuerdo a Borges y su cara cuando se lo di.
Luego nos fuimos juntos, luego no funcionó, luego el dolor pesado, la carga de levantarse todos los días. Creo que si hay un punto de quiebre hasta ahora en mi vida ha sido ese. Esos meses de sin sentido, de seguir por seguir. Recuerdo lo que sentía cuando lo veía, pensaba "él es el que tiene que ser al lado mio" y yo a su lado.
Pasa el tiempo y todo parece una equivocación, no?
Y hace unos días hablando en un bar en Tuculandia me acuerdo de todo esto, me acuerdo de él dándome la mano para ayudarme a subir, de yo sacándole una foto en Copacabana, de él discutiéndome para que no lleve mi mochila por mis dolores de espalda, de él cuidándome cuando volaba de fiebre perdidos en el medio de Bolivia, y de él diciendo todo lo demás aquella noche en ese bar en barrio sur.
Y la miré a Euge y lo miré a él de nuevo, los dos inmersos en una discución filosófica y ya íbamos por el segundo vino y el dueño del bar donde antes se escuchaba jazz, canta toda la obra musical de drácula, y ya nada importa, todo eso es muy oscuro pero nosotros brillamos de alguna manera. Los ojos de ella y los de él, se les ve el vino que los copa. Afuera una lluvia finita y mucho frio.
Pero hoy no me siento triste ni nada, hay buen tiempo para cambios...
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