sábado, abril 09, 2005

Bauhaus..

Quiero agradecer formalmente a la señora Magdalena Droste, por haber recopilado tan bien información sobre la Bauhaus y haber escrito un libro tan interesante, profundo, grande y pesado como el que escribió.
Resulta que salí del laburo el lunes, y con bolsito y todo fui a encontrarme con un amigo con el que fuimos a ver Placebo, pero he aquí que nunca me percaté que leer a la Bauhaus en el subte iba a dañarme fisicamente..

Como es de esperarse en un recital de una banda copada, uno por tendencia o por inercia en ciertos momentos, empieza a saltar al medio y va corriendose imperceptiblemente hacia adelante, y de pronto se encuentra ahí, a quince metros de Brian que canta bien, y vos lo mirás y saltás, y a pesar de tu metro sesenta y cuatro, te la bancás, corrés a los altos desubicados que no respetan la fila, y saltás, cantás, bailás, te golpea con su gorra puesta para atrás uno que se para adelante tuyo, pisás sin querer, te pisan queriendo, te golpeás, sudás, te fumás todo lo que fuman los que te rodean..

El caso es que en cierto momento de la situación que menciono antes, empiezo a sentir un dolorcito en el hombro, y me percato de que mi bolso iba y venía de aquí para allá haciendo presión contra mi piel, con la hebilla, con la correa, con todo, hasta que se volvía insoportable y la masa me llevaba a mi para un lado, a él, mi siamés, para el otro; y ya me dolía mucho, entonces ahí buscaba el brazo de mi compañero de recitales y lo agarraba y él ejercía su fuerza varonil y no sufría tanto los golpes, pero por ratos nomás.

A la salida del recital hacemos un pacto, yo te llevo la campera sudada, vos me llevás el bolso, a todo esto, los dos pasados por agua, me corro la remera dejando al descubierto mi cuello y mi hombro y le digo "ehh.. cómo tengo aquí??!" y me mira y veo como en un santiamén su cara se metamorfosea y de felicidad post recital, pone cara de asco y me dice "tejido necrosado" ay ay ay.. voy al baño.. y efectivamente.. dolor, irritación.. nana.

En fin, hoy ya viernes, several dias después, escribo este mail al son de Johnny Cash y su country más melancólico de todos, y me duele el hombro, si bien no hay más morados, tengo una contractura que me duele al reir, mi vida se ha vuelto amarga como un buen mate hecho por la Negra, no puedo compartir chistes ni jodas, y la idea del masaje es tan lejana que ya estoy saboreando la migraña de mañana y programando el migral compuesto para después del desayuno.

Que la vida me ampare. Já.. (calavera NO chilla).

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