Un dia uno tiene una moneda en el bolsillo, y al otro dia, como por arte de magia, desapareció.. "dónde está?? dónde está??!" te preguntás diez mil quinientas veces cuando tenés que pagar el colectivo y te falta esa moneda para completar el boleto, y porque no la tenés te tenés que bajar a mitad de camino a la facultad, con lluvia, con frio, con peligro con enojo, con todo.. entonces empezás a caminar, y sigue haciendo frio, y corre viento, y se te vuelan las cosas (como siempre) y empezás a maldecir la existencia de todos los tiernos animalitos con caritas de buenitos y blá blá..
Entonces pensás.. si ayer los tenía a los malditos diez centavos, ahora dónde están? y pensás "ayer me comí un mogul, sí.. pero yo tenía dos pesos, pero también me comí otro mogul después.. pero salieron de los dos pesos, y el peso que me quedaba lo usé para el colectivo... y los veinte ctvos??? ahh si.. me compré un chicle, cierto.. Y LOS DIEZ %$%·%% CTVOS???" y bueh.. llegás a la facultad, con la mejor cara que podés, colgás tus trabajos, te sentás.. hace frio, te mojaste, metés las manos en los bolsillos y muy en el fondo.. tampoco están..
Cuál es la moraleja de este ridículo e irreal relato?
Se puede decir que hay muchas moralejas:
1º nunca salgás con las monedas justas para el colectivo.
2º nunca salgás de tu casa.
3º abandoná la facultad, sólo te hace perder plata.
...
Lo demás, haganse el favor y piensenlo solos.
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